domingo, 17 de enero de 2016

EL ABETO

  Cara al viento, firmemente arraigado,
elegante, serio y monumental
el abeto, salmo trascendental,
canto plácido de eremita abnegado.

  Su ramaje, extendido e inclinado.
Su silueta de semblante oriental,
su copa elevada, del cielo firme puntal,
y su follaje, de un verde satinado.

  Su figura conquista y conmueve el alma,
engendra regocijo interior,
a la vez que mansedumbre, fortaleza y calma.

En el parque se impone superior,
 sostén de las aves su fornida rama
y donde eufónico canta el ruiseñor.


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